San Bernardo de Claraval, Tratado del amor de Dios

 


ISBN: 978-84-129035-2-2.
128x182mm. 76 pp. 12€

Versión e introducción 
de Luis Frayle Delgado

Distribuye: Distriforma


Puede considerarse a Bernardo de Claraval un caballero del espíritu,  en defensa de la Iglesia. Supo infundir su fervor religioso en la sociedad  de su tiempo interviniendo en todos los aspectos de la vida religiosa,  social y política. En primer lugar con la fundación de monasterios y la  expansión de la orden cisterciense. Las fuentes de su predicación y de sus escritos son las Sagradas Escrituras y los Padres griegos  y latinos, como hemos indicado, excluyendo expresamente a los filósofos, los griegos Platón y Aristóteles, aunque su espiritualidad  tenga un cierto sentido platónico. Pero se funda en una fe aceptada, que se nutre de la Palabra, interpretada de acuerdo a la  tradición o bien explicada y aplicada de manera personal, como  lo hace con frecuencia para corroborar sus afirmaciones, dándole  el sentido que le conviene a cada palabra en cada caso. Así se  opuso y combatió tenazmente la nueva teología de los racionalistas, quienes defendían que la fe debe ser explicada y las verdades han de ser aceptadas después de comprendidas, como  pedían sus alumnos.

De diligendo Deo es una de las primeras  obras que escribió San Bernardo, donde ya expone el tema  central de su pensamiento y su espiritualidad. El centro del  tratado es la descripción de la subida a la unión con Dios o los  cuatro grados de la Escala mística. Pero antes explica las causas  y efectos del amor divino en el amor humano, amor del alma que  aspira a culminar la epopeya de la subida hasta la unión mística.